dissabte, 8 de setembre del 2012

Elefante Blanco (2012)



La iglesia católica puede que sea la institución que despierta mayor número de detractores y seguidores de todo el planeta, de la misma manera que en su interior se hayan desde las personas más caritativas y altruistas a las mentes más retorcidas e interesadas.



A través de unos representantes de la iglesia, los sacerdotes Nicolás y Julián, el director argentino Pablo Trapero nos trae una historia de lucha y solidaridad, ambientada allí donde la exclusión social se hace más patente y donde las necesidades y dificultades son extremas. Pablo Trapero, especializado en mostrarnos injusticias y desigualdades socio-económicas en sus películas, consigue con ‘Elefante blanco’ el que hasta hoy es su trabajo más ambicioso y de mayor calado.

La acción se sitúa en Villa Ciudad Oculta, la zona chabolista de Buenos Aires, y allí es donde irá Nicolás después de una horrible experiencia en su anterior trabajo en la selva y animado por Julián, el sacerdote más respetado de la zona. En la villa el trabajo no tiene fin, todos los residentes necesitan la cooperación solidaria que se les presta, algunos sólo tienen la droga como compañía, otros precisan del aliento y la fuerza que la fe les aporta, y a los demás no les falta el sufrimiento que conlleva implícito su comunidad. En medio de todo esto las obras de Elefante Blanco, un edificio hospitalario que una vez construido traerá una importante mejora a los residentes, y Luciana, la abogada encargada que esas obras lleguen a buen puerto.



Esta historia de amor, en el sentido más global de la palabra, envuelta en un escenario de violencia e injusticia, nos trae de nuevo a las pantallas al polivalente Ricardo Darín. El actor del que un año atrás vimos su lado cómico en ‘Un cuento chino’, se pone esta vez en la piel del cura Julián, para entregarnos, y ya van unas cuantas veces, un personaje de profundo calado para el espectador, con el carisma y la fuerza que ya nos ha mostrado anteriormente. Al lado de Darín, el actor belga Jérémie Renier se encarga de interpretar con brillantez al atormentado sacerdote Nicolás que junto a Martina Gusman, en el papel de Luciana, completan el trío protagonista.

La cinta, producida entre otras por Matanza Cine, la productora creada por el propio Pablo Trapero y su esposa la actriz Martina Gusman, ha cosechado ya numerosos premios y ha sido la elegida para representar a Argentina en los Oscar.


Una zona chabolista con extremas necesidades, las dudas que surgen a un religioso ante situaciones extremas, el papel de la iglesia como institución o la guerra declarada entre familias por el negocio de la droga, son algunos de los temas que aborda con acierto esta maravillosa película de denuncia que puede presumir de una historia bien construida y cosida por excelentes interpretaciones.