dilluns, 4 de juny del 2012

Profesor Lazhar (2011)


¿Enseñar o educar? O lo que es lo mismo, ¿Cruzarse en la vida de los alumnos como un simple contenedor de datos o intentar influir en estos más allá de la lección marcada en un plan de estudios? Y además, aparte de la postura del maestro, cuál puede ser la opinión de los padres? Estas son algunas de las cuestiones presentes en ‘El profesor Lazhar’ la nueva película del director canadiense Philippe Falardeau.


Bachir Lazhar, un argelino de 55 años, llega a una escuela en Québec para suplir a la querida maestra de un grupo de primaria que ha sido encontrada en el aula después de quitarse la vida. Su personal visión de las cosas, así como un método educativo muy particular, harán que la relación que establezca el nuevo profesor con sus jóvenes alumnos sea desde el primer momento un referente para el desconcertado grupo.

La pausada, serena y excelente interpretación del veterano Mohamed Fellag, consigue convertir a Lazhar en uno de esos personajes que quedan en la memoria y llegan a convertirse en referente de futuros profesores cinematográficos. También hay que nombrar entre los demás intérpretes adultos del film a las francesas Danielle Proulx y Brigitte Poupart, que aparecen como compañeras laborales del profesor.



Este, pero, es un trabajo en que el elenco de jóvenes actores cobra notable importancia. Entre ellos cabe destacar a Sophie Nélisse, Émilien Néron y Marie-Ève Beauregard, ya que sus difíciles interpretaciones de los niños más afectados por la muerte de su maestra son de grandísimo nivel.

‘Profesor Lazhar’ ha sido premiada en diferentes festivales internacionales, y fue la representante que llevó a Canadá hasta los Oscar. Quizás, su éxito reside en la sencillez y el acierto con que logra pasar de la tragedia inicial (en las primeras tomas conocemos el suicidio de la maestra) hasta convertir la historia en algo mucho más cotidiano y agradable, sin dejar nunca de lado el problemático escenario incrementado también con el oscuro secreto de Lazhar que en este texto no se ha querido desvelar.


No es esta una historia en que un perfecto profesor dulce y amable hará todo bien para convertirse en  el salvavidas ideal de sus alumnos, pues las relaciones entre ellos por reales distan de la perfección, pero sí se nos presentan unos personajes que agradecen encontrarse para seguir adelante, y es que quizás a veces dos pedazos rotos puedan complementarse como en un puzzle.